Los eventos de los últimos días me han hecho pensar en lo importante que es la gratitud. Deberíamos practicarla más a menudo.
¡Hola de nuevo!
En esta entrada en mi blog quería comentar un par de ideas sobre la gratitud y el agradecimiento. Virtudes importantes, pero que creo que no cultivamos lo que debiéramos.
Estos días hemos vivido esta gran nevada, que ha alterado a los afectados la vida diaria aún más de lo que ya teníamos. A algunos les impidió sacar el coche, que quedó bloqueado. Otros tuvieron problemas de luz, agua o calefacción. Y algunos de los supermercados de barrio estuvieron desabastecidos por unos pocos días y hubo problemas para conseguir alimentos frescos.
¡Cuántas cosas tenemos y cuánto damos por supuesto! Las crisis nos lo descubren,
En mi caso, afortunadamente no me ha faltado la luz o calefacción, pero sí que he tenido algún problema familiar que más adelante comento, que, afortunadamente, no ha sido muy grave. Pero eso ha servido para que me dé cuenta de cuántas cosas tenemos muchos de nosotros, y cuántas cosas damos por supuestas. Para mí son cosas básicas. Para otros, desfavorecidos, son lujos que a veces no se pueden permitir.
Y con esos inconvenientes, nos quejamos. Creo que no es un momento de queja, debería ser un momento de agradecimiento por todo lo que tenemos, de todos aquellos que tenemos tantas cosas. Tantas “buenas pequeñas cosas”. No hace falta sólo pensar en aquellas cosas importantes (salud o trabajo, por ejemplo). También en cosas del día a día, tan sencillas, que a veces pasamos por ellas de forma “mecánica”: un cafelito por la mañana, un rato de tele por la noche, un rato de charla con un amigo, un beso de los hijos…
Pensemos en todas las "pequeñas buenas cosas" de cada día... que ni notamos y damos por supuestas.
Seamos conscientes de todo eso que en el día a día ni nos damos cuenta que tenemos y demos gracias por ello. Pero recordemos y ayudemos a los que no las tienen.
Y otra idea que quería compartir en torno al agradecimiento. Lo anterior ha sido sobre agradecimiento de lo que tenemos. Lo que sigue es agradecimiento a las personas que nos rodean y que nos hacen sentir bien. Como decía al principio, tuvimos en la familia un problema familiar de cierta gravedad, y tuvimos que ir a urgencias del hospital con una persona mayor, cuando la nieve estaba aún muy presente en las calles.
Queda más gente con corazón de lo que parece a simple vista.
Dentro del lío, el agobio y el estrés que supuso esta situación de urgencia, ya, al final del día, pensé en algo bueno que me había pasado. Cuando iba por la nieve, intentando llegar al coche, dos personas, muy amables, me ayudaron con la persona mayor. En urgencias, mientras esperaba, otra persona a la que ya habían atendido, me dijo al irse "que vaya todo muy bien". Otra persona, joven, estuvo pendiente para ayudarme cuando nos atendió el médico. Más tarde, esta persona, al irse, se despidió de mí.
Cicerón: "La gratitud no es la virtud más importante, pero sí es la madres de todas las demás".
Saco dos lecciones de ese día. Una, que queda más gente con corazón de la que parece a simple vista. Otra, que no nos olvidemos de decir gracias por lo que tenemos y por lo que recibimos. Ayer, con estos pequeños gestos, recibí mucho, y además en momentos de incertidumbre y preocupación. En esos momentos, se agradecen especialmente esos pequeños gestos. Afortunadamente, me acordé de agradecer a todas estas personas su amabilidad y ayuda.
Como decía Cicerón: “Tal vez la gratitud no sea la virtud más importante, pero sí es la madre de todas las demás”.
Un abrazo fuerte y ¡Seguimos hablando!
Angela Larrubia Ansón - Mindfulness Vida y Salud
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